Poema de Pedro Salinas, España 1891
Deja ya de mirar...
Deja ya de mirar la arquitectura
que va trazando el fuego del artificio
en los cielos de agosto. Lleva el vicio
en sí de toda humana criatura:
vicio de no durar. Que sólo dura
por un instante el fúlgido edificio
para dejamos ver el beneficio
sagrado de una luz en noche oscura.
Ven... Hay que ir a buscar lo más durable.
Esta noche de estío por ti enciende
sus innúmeras luces en lo alto;
cállate bien y deja que ella hable.
Y del vano cohete sólo aprende
a ir preparando tu divino salto.
Deja ya de mirar la arquitectura
que va trazando el fuego del artificio
en los cielos de agosto. Lleva el vicio
en sí de toda humana criatura:
vicio de no durar. Que sólo dura
por un instante el fúlgido edificio
para dejamos ver el beneficio
sagrado de una luz en noche oscura.
Ven... Hay que ir a buscar lo más durable.
Esta noche de estío por ti enciende
sus innúmeras luces en lo alto;
cállate bien y deja que ella hable.
Y del vano cohete sólo aprende
a ir preparando tu divino salto.
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