Tres notas sobre Rubén Darío. De Azul... a Cantos de Vida y Esperanza. Los cisnes y otros poemas.

Por Víctor Ruiz M. 

Rubén Darío, el poeta más influyente de las letras hispanas - Nuovi  Orizzonti Latini

 

AZUL... EL PUNTO DE PARTIDA

Azul… puede considerarse como el punto de partida del Modernismo. Anterior a este libro, Darío había escrito dos colecciones de poemas en los que todavía se percibe la influencia de los poetas clásicos españoles, nos referimos a Epístolas y poemas (1885) y Abrojos (1887), lo importante de estos libros es que nos permite reconocer el dominio que poseía Darío de su tradición poética. Ya desde su título Azul… (“L’art c’est l’azur”, el arte es azul, decía Víctor Hugo) proponía una nueva concepción poética: la búsqueda del ideal y de la belleza. Las influencias provenían principalmente de la poesía francesa, del simbolismo y el parnasianismo. Los poetas predilectos serán aquellos que entreguen su vida a la perfección artística, autores como Verlaine, Rimbaud, Mallarmé, Catulle Mendés, Gautier, de Lisle. 

Juan Valera, novelista y crítico español, es el primero en observar en Azul… el nacimiento de una personalidad poética que, a pesar de la evidente influencia francesa, se presenta “con gran originalidad… Impregnado de espíritu cosmopolita”. Con Azul… Darío será el primer poeta latinoamericano en abandonar el círculo vicioso de las literaturas nacionales. Por esta razón muchos críticos categorizarán a Darío como un poeta escapista, sin embargo, el afán que lo movía no era el de huir de la asfixiante realidad provinciana, más bien transformar y modernizar esa misma realidad, y esto sólo podía darse a partir de la creación de una nueva visión del mundo y un nuevo lenguaje. 
 
Esta necesidad de romper con las influencias y el contexto irá acompañada también de una ruptura con los géneros tradicionales. Azul… no sólo es un libro de poemas, también lo es de cuento, poemas en prosa, poemas narrativos y poemas líricos; el nexo entre estos textos es la presencia de un espíritu crítico que denuncia la voracidad utilitarista de la sociedad moderna. Sus temas esenciales son la rebeldía, la explotación humana, la búsqueda del ideal en el amor y el arte.

Todos estos elementos hicieron de Azul… el libro con el que Darío cambió el rumbo de la poesía en lengua española y la encauzó hacia territorios nunca antes explorados. Con esto se erigió como el líder del movimiento modernista que tendrá una profunda repercusión no sólo en los jóvenes escritores de finales del siglo XIX, también en las futuras generaciones literarias que verán en él el punto de partida de la poesía moderna.

PROSAS PROFANAS Y OTROS POEMAS: EL CAMINO HACIA LA PERFECCIÓN

Publicado en 1898, en Argentina, Prosas profanas y otros poemas significa la consolidación de la poética modernista y, por tanto, de la poesía de Rubén Darío. La búsqueda del ideal y la libertad que en Azul… se nos presentaba de forma casi abstracta, adquiere en este libro matices más concretos: el ideal está en la mujer y en la creación artística. Más que una experiencia fáctica, escribir poesía es una experiencia mística; al igual que los simbolistas, Darío nos presenta al poeta como un visionario capaz de escuchar y leer los misterios de la naturaleza (véase por ejemplo el poema “Ama tu ritmo”). De igual manera, el erotismo, tema que atraviesa la mayor parte del poemario, adquiere características trascendentales y religiosas, miremos por ejemplo, el poema “Ite, misa est”, aquí Darío desacraliza la retórica litúrgica al relacionarla con el acto amoroso, el cuerpo y sus deseos son en el camino a la divinidad. Este carácter blasfemo del libro calará profundamente en los jóvenes poetas modernistas y se puede rastrear en las obras de Manuel Gutiérrez Nájera, Julián del Casal, Leopoldo Lugones, Herrera y Reissig y Evaristo Carriego.
 
El esteticismo es otro rasgo predominante de Prosas profanas y otros poemas. El poeta es “un pararrayos celeste encerrado en su torre de marfil”, un albatros que alcanza su libertad en el aire y no en tierra firme, la realidad se le presenta hostil y trata de evadirla por medio de la evocación de geografías exóticas y la exaltación de la pureza artística. Así por ejemplo, los personajes poéticos que desfilan en este poemario son viejos marineros que, aburridos por el tedio y el sopor del trópico, echan a andar su imaginación hacia mundos paradisíacos o princesas encerradas en palacios versallescos entregadas a la idealización de una aventura amorosa. Lo estético en el Modernismo también lo vemos en la figura de la écfrasis, en busca de nuevas sensaciones los poetas utilizarán la pintura como forma de inspiración, de ahí que en Prosas profanas… abunden las imágenes visuales y la referencia a la técnica de la pintura. 
 
Prosas profanas y otros poemas se ubica en el punto medio de la evolución poética de Rubén Darío, ya es líder indiscutible del Modernismo tanto en España como en Latinoamérica, pero aún es necesario que el poeta madure una nueva concepción del mundo y se erija, aunque algunos lo nieguen, en el gran poeta de América.

CANTOS DE VIDA Y ESPERANZA. LOS CISNES Y OTROS POEMAS: EL PRÍNCIPE DE LAS LETRAS CASTELLANAS 

En 1898 Darío viajó por segunda vez a España como corresponsal del diario La Nación para cubrir un acontecimiento que dejó una profunda huella en la historia española y en la poesía del nicaragüense: el desastre del 98, la guerra que provocó que España perdiera sus últimas colonias y se sumergiera en una decadencia física y moral. De esta experiencia nacen los poemas más comprometidos de Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas, que Darío publica en Madrid en 1905. A diferencia de Azul… y Prosas profanas, la voz que nos habla en estos textos es una voz más comprometida con su tiempo y con la vida.
 
De ahí que lo primero que incluya Darío en el poemario sea un autorretrato poético de lo que antes fue y ahora es: “Yo soy aquél que ayer no más decía/ el verso azul y la canción profana”. El adverbio ayer es la palabra que nos invita a ver una nueva etapa en la vida creativa del poeta. La poética decadente y escapista que caracterizó sus primeras obras ya no tendrán cabida en estos textos. A pesar de la muerte y destrucción que nos describe Darío en poemas como “Canto de esperanza” y “A Roosevelt”, siempre habrá una luz de esperanza para el ser humano. Esta luz al final de la oscuridad el poeta la encontrará en el amor, el arte, la justicia y Dios, temas pilares de este poemario.
 
“Ser sincero es ser potente”, nos sigue diciendo Darío en su autorretrato, y en esta última etapa de su evolución poética también abordará el misterio y la incertidumbre que produce la muerte. Ni en Azul… ni en Prosas profanas leeremos poemas de una profunda introspección como lo son “Los nocturnos” y “Lo fatal”. A pesar de que todavía es joven cuando escribe estos poemas, Darío ya había experimentado el dolor propio y ajeno. Recordemos que desde su juventud su vida está marcada por la tragedia: “Yo supe del dolor desde mi infancia, / mi Juventud… ¿fue juventud la mía?”. Si “Yo soy aquel” nos abre el camino para entender a este nuevo Darío, “Lo fatal” nos desnuda su alma y nos muestra el espanto que siente hacia la muerte que ya ronda sus pensamientos. 
 
Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas es el poemario que corona a Darío como el príncipe de las letras castellanas. También puede considerarse como el puente entre la estética modernista y los movimientos vanguardistas.




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