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Mostrando entradas de 2007

Relatos de Javier González Blandino, ganador del Concurso Nacional de Literatura "Mariano Fiallos Gill", 2007

Rompemos el mutismo en que nos ha sumergido la monotonía del trabajo con dos narraciones del joven escritor Javier Gonzalez Blandino, estudiante de la carrera de Filología de la UNAN-Managua. El lector encontrará en este par de textos un lenguaje riguroso, trabajado con la paciencia del cirujano. Sóla será la presentación de este autor, espero lo gocen. Gramma Umbrae ¿En dónde estabas...? ¿En dónde te encontré sin saberte? Venite. Tomá mi mano, sus cinco plurales intermitentes. Yo te he seguido desde hace treinta pasos atrás cuando quemamos piras con tu cuerpo desmembrado en aquel acantilado de piedras bruñidas ¿te acordás? No me mirés. Alguien aquella tarde desvanecida, aquella tarde desenterrada te susurró mi pecado, con una voz de secreto mi crimen, mientras vos le escuchabas con tus ojos entreabiertos como dos grietas sopladas en la niebla, y sonreístes. No fue mi culpa. Tu cuerpo es un puñado de despojos infames, de órganos escupidos en algún callejón olvidado. No te volteés hacia

Un poema de Cesare Pavese

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS Vendrá la muerte y tendrá tus ojos esa muerte que nos acompaña desde el alba a la noche, insomne, sorda, como un viejo remordimiento o un absurdo defecto. Tus ojos serán una palabra inútil, un grito callado, un silencio. Así los ves cada mañana cuando sola te inclinas ante el espejo. Oh, cara esperanza, aquel día sabremos, también, que eres la vida y eres la nada. Para todos tiene la muerte una mirada. Vendrá la muerte y tendrá tus ojos. Será como dejar un vicio, como ver en el espejo asomar un rostro muerto, como escuchar un labio ya cerrado. Mudos, descenderemos al abismo.

Tres poemas de Victor Ruiz

Atavismo adánico Se escribe siempre al filo de la Nada. Edmond Jabès. Nombraremos, entonces, el abismo, su silencio inaudito ante pasmosa inexorable nada. Al filo de la noche el reflejo trazaremos de las cosas, por la palabra, apenas aludidas. Será como parir el lenguaje de Adán, frente al mudo sin mácula cuerpo de Eva: objeto omitido del signo, libre de significados insignificantes; sólo un referente de carne sin nombre, y él, sin más palabras que el asombro ante tanta materia afónica. Desde el vértigo del verbo: el NO de la escritura, gélido mutismo vertical, impónese en la página aferrada a lo incierto. Quedará sobre lo blanco la huella del azar de nuestra mano, el párpado extenuado en la vigilia y nosotros al acecho del vacío. El Crucero/03/Dic./2006
Vigilias en blanco. (Ejercicios del insomnio) ...el insonmio prodiga eternos signos que enumero... Ezequiel D'León Masís No por azar, por insistencia, ni por débil y endeble juego, rompes en estético ruego a dictar en blanca persistencia la muda ciega escritura que ojos deja sin sosiego y del poema ceñida estructura. Signo que arrojas insomne sobre la noche, donde no cesa la mano de trazar en su firmeza el texto que ahora se te aviene, y en noctámbulo ideograma alerta la pupila apresa la frase que en vela se derrama. Ella no sabe que el infierno es la ausencia… Paul Verlaine NO SU CUERPO en la noche falta, no afilados sus dedos desgarrando el borde de la espalda, no el abismo de sus ojos interrogando lo recóndito, sino su ausencia, las letras de su nombre socavando el vacío ahora que de ella ni cero en nada queda.

La plenitud del Instante

El siguiente texto fue leído en la presentación del libro "Líricos Instantes", de Missael Duarte. La plenitud del Instante. Por Victor Ruiz La imagen poética puede caracterizarse como un vínculo directo de un alma a otra , con esta frase de Gastón Bachelard, podría también describir la poesía de Missael Duarte, reunida bajo este lúcido cuaderno titulado “Líricos Instantes”. En efecto, en este conjunto de poemas, es evidente ese diálogo de pronombres que se lleva a cabo, desde un lenguaje sobrio y depurado, entre la amada y el yo lírico. Las palabras son puentes, vías de acceso que trazan sobre lo efímero esa llama que se consume al momento de ser nombrada, pero que queda resonando en ese instante donde siempre será ahora. Instante en el que la experiencia del lenguaje toma forma para entregarse a intensidades sublimes, percibidas fuera de la experiencia sensible de la existencia, como bien nos dice Missael en “El Beso”, poema de gran aliento y belleza, basado en la escultura

Fragmentos de "El libro de Yukel, de Edmond Jabès"

Aquí unos fragmentos de El libro de Yukel, del escritor Edmond Jabès, Egipto 1912-1991. Autor en el que el vacío toma forma a partir de la escritura. El silencio se consagra a la palabra que se aferra a la nada, a lo indicho. En Jabès, el lenguaje es un murmullo, apenas susurro que en afán de revelar un secreto, enmudece . DE "EL LIBRO DE YUKEL" (fragmentos) 1. La parte del bien Tú eres rico. La palabra te es dada. REB ELAIM (-¿En qué Piensas? -En la tierra. -Pero estás en la tierra. -Pienso en la tierra en que estaré. -Estamos uno frente a otro y tenemos los pies en la tierra. -No conozco más que las piedras del camino que lleva, dicen, a la tierra. Si el árbol careciese de inteligencia, se derrumbaría. Si el mar careciese de inteligencia, se devoraría. El agua obedece al agua y mantiene al pez. El aire obedece al aire y mantiene al pájaro. Si el hombre careciese de inteligencia, reinaría la oscuridad en todas par

Poema de Juan Chow

La muerte no tendrá dominio (Dylan Thomas/Inglaterra.1914-1953) A los amantes de entreguerras que perecieron de amor bajo las bombas, haciendo de sus lenguas bayonetas; no más sus limpios huesos se dispersen armando un solo muerto con los muertos, démosles una trompeta para cantar victoria, puesto que sus caídas nos revelan que por más que fúsil sobre fúsil yazga en mundo, en esta sobre producción de cadáveres en celo la Muerte no valdrá un centavo. Juan Chow Febrero 2007 ( De poemas feos y El Evangelio según Juan Chow)

Un cuento de Salvador Elizondo

La historia según Pao Cheng En un día de verano, hace más de tres mil quinientos años, el filósofo Pao Cheng se sentó a la orilla de un arroyo y se puso a adivinar el futuro en el caparazón de una tortuga. El calor y el murmullo del agua, sin embargo, pronto hicieron vagar sus pensamientos. Olvidándose poco a poco de las manchas en la concha de tortuga. Pao Cheng comenzó a inferir la historia del mundo a partir de ese momento. “Como las hondas de este arroyuelo –pensó--, así corre el tiempo. Este pequeño cauce crece al fluir; pronto se convierte en gran caudal hasta que desemboca en el mar, cruza el océano, asciende en forma de vapor hacia las nubes, vuelve a caer sobre la montaña con la lluvia y luego desciende otra vez convertido en este mismo arroyo…” Éste era, más o menos, el curso de sus ideas y así, después de haber intuido la redondez de la tierra, su movimiento en torno al sol, la traslación de los demás astros y la rotación propia de la galaxia y del mundo: “¡Bah! –excl

Fragmento de la novela Thomas el oscuro, de Maurice Blanchot

Fragmento imprescindible del capítulo IV de Thomas el oscuro, novela del escritor francés Maurice Blanchot, autor de La escritura del desastre, El espacio literario, El diálogo inconcluso, El libro por venir y El paso (no) más allá. Thomas se quedó leyendo en su habitación. Estaba sentado, con las manos enlazadas sobre la frente, los pulgares apoyados contra la raíz de los cabellos, tan absorto que ni se inmutaba cuando alguien abría la puerta. Los que entraban, viendo el libro abierto siempre por las mismas páginas, pensaban que fingía leer. Pero leía. Leía con cuidado y una atención insuperables. Estaba, ante cada signo, en la situación en que se encuentra el macho cuando la mantis religiosa va a devorarle. Uno y otra se observaban. Las palabras, extraídas de un libro que cobraba una fuerza mortal, ejercían sobre la mirada, que las tocaba, una atracción dulce y placentera a la vez. Una a una, como un ojo medio cerrado, se dejaban penetrar por la intensa mirada que en otras circunstan

Fragmento de Cobra, novela de Severo Sarduy

Aquí un espléndido fragmento de Cobra, novela escrita por Severo Sarduy, poeta, ensayista y novelista cubano . Del pene brotan dos ríos –tu piel es un río--: uno, impetuoso, asciende por el lado derecho del cuerpo, ronco, arrastrando arena –te cubro de yeso, con tinta negra y un pincel finísimo te dibujo ascendiendo por el lado derecho, en torrente que con mi respiración crece, engarzadas una en las otras, las consonantes;--; el otro, manso, claro, sube por el costado izquierdo, lentas espirales verdes, algas en los meandros, rumor de polen cayendo, transparencia –te dibujo las vocales. El centro de tu cuerpo: seis corolas, seis nudos, seis parejas templando. El semen retenido: sílabas que se anudan: ajorcas los tobillos, letras las rodillas,

La belleza del caos.

La belleza del Caos. Entrevista a Juan Chow.* Por: Tatiana Argüello Vargas** Por encima de cualquier movimiento artístico y literario, en la poesía como en todo arte, la belleza juega un papel crucial convirtiéndose en un punto de equilibrio entre el orden y el caos del universo. Por ello, esa búsqueda de un verdadero equilibrio, un acuerdo entre el contenido y la forma expresado en la belleza poética, debe ser una de las más importantes búsquedas del poeta. Para Juan Chow (Managua 10 de diciembre de 1956), la búsqueda de la belleza es de vital preocupación, y el sentido dialéctico de la misma supera cualquier movimiento literario. Su poesía posee diversas facetas: su primer libro de poesía “Oficios del Caos” (Editorial Nueva Nicaragua, 1986), reeditado bajo el título “Oficios del Caos y otras versiones” (Editorial Enlace 2005), es una obra impregnada de una notoria influencia surrealista, en ella se hace evidente la metamorfosis y transfiguraciones de las emociones y eventos de lo cot

Dos sonetos de Víctor Ruiz

Horas de ocaso …y luego te deshaces en la ceniza. Álvaro Urtecho No pronuncies las sílabas del nombre cuando al filo en pústula de la noche el rostro, exánime y solo, del hombre no delate ni pena ni reproche, ni impidas el ocaso de sus horas. Que no humedezca su fin tu mirada, si ves que ella desnuda lo devora y lo hunde en lo profundo de la nada. Callada lo verás en deleznable materia sin retorno que se vierte sobre escritura sin fin, inefable del tiempo, en que es ahora polvo inerte, olvido en la memoria inextinguible y ceniza en el seno de la muerte. Nocturno a la escritura A Tatiana Argüello. Ni la noche acechando en la ventana ni la sombra del sueño en la pupila que atónita del cuerpo se destila sobre la blanca superficie vana, sino la escueta letra desvelada, lo puro del lenguaje y su estructura trazando del poema la escritura allí donde tu voz está callada. Absorta

Poema de Ernesto Mejía Sánchez, nicaragüense.

LA POESÍA 1 Este desasosiego, esta palabra que desde el corazón me llega y se detiene en mis labios, no es nuevo en mí, sino que permanece, vive desde cuando mis padres en amorosa lucha concretaron la carne de la muerte para darme al mundo; y me crece como un mar en el pecho, siempre cambiante, furioso y sin consuelo. Ha de llegar un día en que tanto afán madure y se desangre, y esa ignorada palabra detenida en mis labios rompa el aire como un canto y me haga feliz y duradero el nombre. 4 Si la azucena es vil en su pureza y oculta la virtud del asesino, si el veneno sutil es el camino para lograr exacta la belleza; Engaño pues mi amor con la nobleza y confundo lo ruin con lo divino, hago de la cordura desatino, de la sola mentira mi certeza. Nadie sale triunfante en la batalla, ni angélica promesa en que me escudo ni humana condición que me amuralla. Contra toda verdad he de quererte, equilibrio infernal. Nací desnudo: sólo contigo venceré a la muerte.

Poemas de Romel Cruz, Ganador del Interuniversitario de Poesía,2006.

Rommel Cruz (Carazo 1985) Participa en los talleres de poesía impartidos por el poeta y crítico Iván Uriarte, en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI). Estudiante Ingeniería Civil. Obtuvo el Primer lugar en el concurso Interuniversitario de poesía 2006, convocado por la UNAN-Managua. Por primera vez se publican sus poemas ganadores. SUEÑO CON MOKUANAS Enigma espeluznante, el chilamate y su sigilo, su tronco, tumulto de sierpes que se elevan unas sobre otras, desde la escueta raíz anclada en barro, hasta las ramas, de donde se desgajan lánguidas barbas oscilantes escupiendo la hipnosis de su mecánica minúscula. Es allí, el siniestro espectáculo de mis versos, el harem reservado de mi miedo, allí, abrazadas al pálido diluvio de un plenilunio cantan a coro un suspenso mokuanas nudistas. A flor de chilamate se funde perpetua oscuridad de sus cabellos; oleaje profundo cae sobre sus pieles caoba, arremolina en su espalda: flagelazo ingrávido que se desata libe

Prosa de Juan José Arreola, Mexicano.

EVA Él la perseguía a través de la biblioteca entre mesas, sillas y facistoles. Ella se escapaba hablando de los derechos de la mujer, infinitamente violados. Cinco mil años absurdos los separaban. Durante cinco mil años ella había sido inexorablemente vejada, postergada, reducida a la esclavitud. Él trataba de justificarse por medio de una rápida y fragmentaria alabanza personal, dicha con frases entrecortadas y trémulos ademanes. En vano buscaba él los textos que podían dar apoyo a sus teorías. La biblioteca, especializada en literatura española de los siglos XVI y XVII, era un dilatado arsenal enemigo, que glosaba el concepto del honor y algunas atrocidades de ese mismo jaez. El joven citaba infatigablemente a J. J. Bachofen, el sabio que todas las mujeres debían leer, porque les ha devuelto la grandeza de su papel en la prehistoria. Si sus libros estuvieran a mano, él habría puesto a la muchacha ante el cuadro de aquella civilización oscura, regida por la mujer, cuando la tierra te

Poema de Pedro Salinas, España 1891

Deja ya de mirar... Deja ya de mirar la arquitectura que va trazando el fuego del artificio en los cielos de agosto. Lleva el vicio en sí de toda humana criatura: vicio de no durar. Que sólo dura por un instante el fúlgido edificio para dejamos ver el beneficio sagrado de una luz en noche oscura. Ven... Hay que ir a buscar lo más durable. Esta noche de estío por ti enciende sus innúmeras luces en lo alto; cállate bien y deja que ella hable. Y del vano cohete sólo aprende a ir preparando tu divino salto.

Un poema de Severo Sarduy

LA LETRA CON SANGRE ENTRA... A Arturo Carrera La letra con sangre entra como el amor. Mas no dura en el cuerpo la escritura, ni con esa herida encuentra paz el amante. Se adentra en el cuerpo deseoso y más aumenta su gozo con su mal. Alegoría de nuestra postrimería: jeroglífico morboso.

El Grafógrafo

El grafógrafo Escribo. Escribo que escribo. Mentalmente me veo escribir que escribo y también puedo verme ver que escribo. Me recuerdo escribiendo ya y también viéndome que escribía. Y me veo recordando que me veo escribir y me recuerdo viéndome recordar que escribía y escribo viéndome escribir que recuerdo haberme visto escribir que me veía escribir que recordaba haberme visto escribir que escribía y que escribía que escribo que escribía. También puedo imaginarme escribiendo que ya había escrito que me imaginaría escribiendo que había escrito que me imaginaba escribiendo que me veo escribir que escribo. (Salvador Elizondo, El grafógrafo)

Poemas de Victor Ruiz

Epifanía de la carne No perdura más que el goce y la textura de un instante… Severo Sarduy Del vértice del lecho lacerado embiste enmudecida tu figura con toda su violenta arquitectura al cuerpo que te aguarda desplegado. Alzábase diluvio desvelado del abierto perfil de tu blancura que los muslos delatan en obscura noche en la que estamos abrazados. Enciéndese tu carne en este fuego que a mi sangre dilata en el hirsuto ocaso de tu sexo sin sosiego. Ya se cierne sobre un silencio inerte la epifánica asunción que un minuto comunica la vida con la muerte. La escritura en el cuerpo. A Severo Sarduy Inerte, abandonado al instrumento, entrégase tu cuerpo, sin indicio de lamento que refleje el inicio del rito de placer en un momento. Socava mi lengua en tu suplicio la pálida mudez de tu tormento que brota como sangre del aliento en el que