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Mostrando entradas de marzo, 2007

Tres poemas de Victor Ruiz

Atavismo adánico Se escribe siempre al filo de la Nada. Edmond Jabès. Nombraremos, entonces, el abismo, su silencio inaudito ante pasmosa inexorable nada. Al filo de la noche el reflejo trazaremos de las cosas, por la palabra, apenas aludidas. Será como parir el lenguaje de Adán, frente al mudo sin mácula cuerpo de Eva: objeto omitido del signo, libre de significados insignificantes; sólo un referente de carne sin nombre, y él, sin más palabras que el asombro ante tanta materia afónica. Desde el vértigo del verbo: el NO de la escritura, gélido mutismo vertical, impónese en la página aferrada a lo incierto. Quedará sobre lo blanco la huella del azar de nuestra mano, el párpado extenuado en la vigilia y nosotros al acecho del vacío. El Crucero/03/Dic./2006
Vigilias en blanco. (Ejercicios del insomnio) ...el insonmio prodiga eternos signos que enumero... Ezequiel D'León Masís No por azar, por insistencia, ni por débil y endeble juego, rompes en estético ruego a dictar en blanca persistencia la muda ciega escritura que ojos deja sin sosiego y del poema ceñida estructura. Signo que arrojas insomne sobre la noche, donde no cesa la mano de trazar en su firmeza el texto que ahora se te aviene, y en noctámbulo ideograma alerta la pupila apresa la frase que en vela se derrama. Ella no sabe que el infierno es la ausencia… Paul Verlaine NO SU CUERPO en la noche falta, no afilados sus dedos desgarrando el borde de la espalda, no el abismo de sus ojos interrogando lo recóndito, sino su ausencia, las letras de su nombre socavando el vacío ahora que de ella ni cero en nada queda.

La plenitud del Instante

El siguiente texto fue leído en la presentación del libro "Líricos Instantes", de Missael Duarte. La plenitud del Instante. Por Victor Ruiz La imagen poética puede caracterizarse como un vínculo directo de un alma a otra , con esta frase de Gastón Bachelard, podría también describir la poesía de Missael Duarte, reunida bajo este lúcido cuaderno titulado “Líricos Instantes”. En efecto, en este conjunto de poemas, es evidente ese diálogo de pronombres que se lleva a cabo, desde un lenguaje sobrio y depurado, entre la amada y el yo lírico. Las palabras son puentes, vías de acceso que trazan sobre lo efímero esa llama que se consume al momento de ser nombrada, pero que queda resonando en ese instante donde siempre será ahora. Instante en el que la experiencia del lenguaje toma forma para entregarse a intensidades sublimes, percibidas fuera de la experiencia sensible de la existencia, como bien nos dice Missael en “El Beso”, poema de gran aliento y belleza, basado en la escultura

Fragmentos de "El libro de Yukel, de Edmond Jabès"

Aquí unos fragmentos de El libro de Yukel, del escritor Edmond Jabès, Egipto 1912-1991. Autor en el que el vacío toma forma a partir de la escritura. El silencio se consagra a la palabra que se aferra a la nada, a lo indicho. En Jabès, el lenguaje es un murmullo, apenas susurro que en afán de revelar un secreto, enmudece . DE "EL LIBRO DE YUKEL" (fragmentos) 1. La parte del bien Tú eres rico. La palabra te es dada. REB ELAIM (-¿En qué Piensas? -En la tierra. -Pero estás en la tierra. -Pienso en la tierra en que estaré. -Estamos uno frente a otro y tenemos los pies en la tierra. -No conozco más que las piedras del camino que lleva, dicen, a la tierra. Si el árbol careciese de inteligencia, se derrumbaría. Si el mar careciese de inteligencia, se devoraría. El agua obedece al agua y mantiene al pez. El aire obedece al aire y mantiene al pájaro. Si el hombre careciese de inteligencia, reinaría la oscuridad en todas par

Poema de Juan Chow

La muerte no tendrá dominio (Dylan Thomas/Inglaterra.1914-1953) A los amantes de entreguerras que perecieron de amor bajo las bombas, haciendo de sus lenguas bayonetas; no más sus limpios huesos se dispersen armando un solo muerto con los muertos, démosles una trompeta para cantar victoria, puesto que sus caídas nos revelan que por más que fúsil sobre fúsil yazga en mundo, en esta sobre producción de cadáveres en celo la Muerte no valdrá un centavo. Juan Chow Febrero 2007 ( De poemas feos y El Evangelio según Juan Chow)

Un cuento de Salvador Elizondo

La historia según Pao Cheng En un día de verano, hace más de tres mil quinientos años, el filósofo Pao Cheng se sentó a la orilla de un arroyo y se puso a adivinar el futuro en el caparazón de una tortuga. El calor y el murmullo del agua, sin embargo, pronto hicieron vagar sus pensamientos. Olvidándose poco a poco de las manchas en la concha de tortuga. Pao Cheng comenzó a inferir la historia del mundo a partir de ese momento. “Como las hondas de este arroyuelo –pensó--, así corre el tiempo. Este pequeño cauce crece al fluir; pronto se convierte en gran caudal hasta que desemboca en el mar, cruza el océano, asciende en forma de vapor hacia las nubes, vuelve a caer sobre la montaña con la lluvia y luego desciende otra vez convertido en este mismo arroyo…” Éste era, más o menos, el curso de sus ideas y así, después de haber intuido la redondez de la tierra, su movimiento en torno al sol, la traslación de los demás astros y la rotación propia de la galaxia y del mundo: “¡Bah! –excl

Fragmento de la novela Thomas el oscuro, de Maurice Blanchot

Fragmento imprescindible del capítulo IV de Thomas el oscuro, novela del escritor francés Maurice Blanchot, autor de La escritura del desastre, El espacio literario, El diálogo inconcluso, El libro por venir y El paso (no) más allá. Thomas se quedó leyendo en su habitación. Estaba sentado, con las manos enlazadas sobre la frente, los pulgares apoyados contra la raíz de los cabellos, tan absorto que ni se inmutaba cuando alguien abría la puerta. Los que entraban, viendo el libro abierto siempre por las mismas páginas, pensaban que fingía leer. Pero leía. Leía con cuidado y una atención insuperables. Estaba, ante cada signo, en la situación en que se encuentra el macho cuando la mantis religiosa va a devorarle. Uno y otra se observaban. Las palabras, extraídas de un libro que cobraba una fuerza mortal, ejercían sobre la mirada, que las tocaba, una atracción dulce y placentera a la vez. Una a una, como un ojo medio cerrado, se dejaban penetrar por la intensa mirada que en otras circunstan

Fragmento de Cobra, novela de Severo Sarduy

Aquí un espléndido fragmento de Cobra, novela escrita por Severo Sarduy, poeta, ensayista y novelista cubano . Del pene brotan dos ríos –tu piel es un río--: uno, impetuoso, asciende por el lado derecho del cuerpo, ronco, arrastrando arena –te cubro de yeso, con tinta negra y un pincel finísimo te dibujo ascendiendo por el lado derecho, en torrente que con mi respiración crece, engarzadas una en las otras, las consonantes;--; el otro, manso, claro, sube por el costado izquierdo, lentas espirales verdes, algas en los meandros, rumor de polen cayendo, transparencia –te dibujo las vocales. El centro de tu cuerpo: seis corolas, seis nudos, seis parejas templando. El semen retenido: sílabas que se anudan: ajorcas los tobillos, letras las rodillas,